diumenge, 8 de juny del 2008

Berlín.

Berlín desprende actividad y vida. Durante nuestra corta estancia hizo un tiempo extraordinario. La gente es muy hospitalaria, así lo pude constatar en algunos de los establecimientos comerciales por los que me pasé. No era la primera vez que visitaba la ciudad, si bien en las otras ocasiones la estancia se había reducido a la feria turística. En esta oportunidad pudimos ver algo más, ya que el objeto de nuestro viaje era realizar un acto dirigido directamente a los berlineses, lo que implicaba contacto más directo con la ciudad y su gente.
Las zonas verdes y parques son numerosos y bien cuidados, lo que le da a la capital un aire de amplitud, rica en coloridos donde los verdes, en todas sus tonalidades en esta estación, son los más numerosos.
Berlín es un lugar dedicado a los servicios, un rincón para la cultura, una urbe diferente, donde se respira apertura y la frescura de una población a la que, si el tiempo lo permite, le gusta vivir y disfrutar de la calle.
Se nota que se han hecho inversiones importantes y, a la vez, se palpa la gran competitividad de una sociedad, activa y ordenada, que en poco tiempo ha sabido sacar adelante e integrar las dos antiguas capitales en una sola. Una metrópoli sólida, con nuevos edificios que transfieren al visitante modernidad y fuerza.
Mi impresión es que, en general, la vida no es más cara que en las Islas y, por lo que me contaron, la vivienda es incluso más barata.
Me sorprendió la cantidad de ciclistas, pero no como aquí, que normalmente andan por la carretera en plan deportista; allí la bici es urbana y se usa para circular, para ir al trabajo, hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes. He de reconocer que es agradable y sorprendente ver pasar ejecutivos, de traje y corbata, montados en su bicicleta, pedaleando con frescura y agilidad. También pudimos comprobar el funcionamiento de un sistema tranviario que facilita la circulación y ofrece un servicio de transporte más limpio y más social. Bicicletas y transporte público: dos magníficos aliados para rebajar emisiones de gases de efecto invernadero.

6 comentaris:

Anònim ha dit...

Coincido con el President, Berlin es para mi una ciudad maravillosa que vale la pena conocer, seguramente la ciudad euroepa que más me gusta, precisamente por los contrastes que tambien describe en su blog. Además nosotros gozamos de lineas aereas a un muy buen precio. Creo que es una ciudad de la que debemos aprender muchas cosas, y en la que se puede potenciar la cultura balear para que los alemanes que vengan de turismo, no sólo busquen sol y playa. Es importante, pero hay otras cosas que hay que potenciar.

Anònim ha dit...

Impresiona ver como una ciudad que sufrio mucho la II guerra mundial, puede estar hoy tan bonita y sobre todo tan habitable. Creo que todos deberiamos tomar ejemplo, Berlin es una ciudad para vivir, sólo le falta el mar.

Anònim ha dit...

Coincido con vos Presidente, efectivamente Berlin es una ciudad de la que deberiamos tomar ejemplo. Es una ciudad viva y dinàmica, donde parece que se puede vivir muy bien.

Anònim ha dit...

Es una ciudad con una gran apuesta por lo cultural. Con hábitos de vida más parecidos a los nuestros que al resto de ciudades alemanas, sobretodo, en cuanto a la vida nocturna y a la vida en la calle y plazas.

Anònim ha dit...

Muchos berlineses que decidan viajar a Mallorca lo harán a través de la compañía aérea Air Berlin. Así que todo el esfuerzo de su ejecutivo debería dirigirse a mimar y alentar a esta compañía. Usted sabe que circulan rumores de que Air Berlin quiere reducir su logística operativa en la isla. Rumores que sólo deberían servir para redoblar su aliento y mimo, y olvidarse, por el momento, de polémicas propuestas lingüísticas a la compañía aérea, que por desgracia ya se han trasladado a Catalunya con algún que otro litigio en sede judicial.

Anònim ha dit...

Además que se fastidien los que dicen que las relaciones entre el Psoe i UM van mal, basta ver las caras de Antich i Buils en Berlin para ver que hay compliciadad. Como tiene que ser con la primera industria nacional.